Amnesty International

Prof

Ugur

Sahin

Biontech

Estimadas BioNTech, Johnson & Johnson, Moderna y Pfizer:

La rápida aparición en 2020 de vacunas eficaces contra la COVID-19 fue un logro extraordinario y dio esperanza al mundo en los días más lúgubres de la mortífera pandemia.

Sin embargo, estamos en 2021 y el mundo se enfrenta a unos niveles escandalosos de desigualdad vacunal. Mientras los países ricos con índices elevados de vacunación han reducido considerablemente la mortalidad, en los países pobres siguen muriendo cada semana decenas de miles de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el objetivo de vacunar al 40% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos para finales de 2021, pero todavía estamos muy lejos de ello. Para alcanzar esta meta y salvar millones de vidas, hay que entregar al menos 2.000 millones de dosis de vacunas a estos países antes de que finalice el año. Esto requiere un cambio radical en la práctica tanto por parte de los Estados como de las empresas.

Los Estados deben redistribuir los cientos de millones de excedentes de dosis que están acaparando, pero las empresas también deben actuar de inmediato para poder alcanzar el objetivo de la OMS. Por consiguiente, las instamos a:

	garantizar que el 50% del total de entregas de vacunas se dirige a los países de ingresos bajos y medianos bajos durante el resto de 2021 y con posterioridad a este año, lo que incluye adelantar los compromisos que tienen con el COVAX y la Unión Africana, y
	compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y la tecnología con iniciativas de la OMS tales como el C-TAP y los centros de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm contra la COVID-19 , y directamente con fabricantes cualificados, para garantizar la disponibilidad de las vacunas para todos los países en los próximos meses y años.

No es un acto caridad. Todas las empresas tienen responsabilidades en materia de derechos humanos, y las farmacéuticas deben garantizar el acceso equitativo a los productos que salvan vidas. Ustedes pueden ayudar a poner fin a esta pandemia, y ha llegado el momento de hacerlo.

Atentamente,

Media

Inbox

Biontech

Estimadas BioNTech, Johnson & Johnson, Moderna y Pfizer:

La rápida aparición en 2020 de vacunas eficaces contra la COVID-19 fue un logro extraordinario y dio esperanza al mundo en los días más lúgubres de la mortífera pandemia.

Sin embargo, estamos en 2021 y el mundo se enfrenta a unos niveles escandalosos de desigualdad vacunal. Mientras los países ricos con índices elevados de vacunación han reducido considerablemente la mortalidad, en los países pobres siguen muriendo cada semana decenas de miles de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el objetivo de vacunar al 40% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos para finales de 2021, pero todavía estamos muy lejos de ello. Para alcanzar esta meta y salvar millones de vidas, hay que entregar al menos 2.000 millones de dosis de vacunas a estos países antes de que finalice el año. Esto requiere un cambio radical en la práctica tanto por parte de los Estados como de las empresas.

Los Estados deben redistribuir los cientos de millones de excedentes de dosis que están acaparando, pero las empresas también deben actuar de inmediato para poder alcanzar el objetivo de la OMS. Por consiguiente, las instamos a:

	garantizar que el 50% del total de entregas de vacunas se dirige a los países de ingresos bajos y medianos bajos durante el resto de 2021 y con posterioridad a este año, lo que incluye adelantar los compromisos que tienen con el COVAX y la Unión Africana, y
	compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y la tecnología con iniciativas de la OMS tales como el C-TAP y los centros de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm contra la COVID-19 , y directamente con fabricantes cualificados, para garantizar la disponibilidad de las vacunas para todos los países en los próximos meses y años.

No es un acto caridad. Todas las empresas tienen responsabilidades en materia de derechos humanos, y las farmacéuticas deben garantizar el acceso equitativo a los productos que salvan vidas. Ustedes pueden ayudar a poner fin a esta pandemia, y ha llegado el momento de hacerlo.

Atentamente,

Dr

Alex

Gorsky

J&J

Estimadas BioNTech, Johnson & Johnson, Moderna y Pfizer:

La rápida aparición en 2020 de vacunas eficaces contra la COVID-19 fue un logro extraordinario y dio esperanza al mundo en los días más lúgubres de la mortífera pandemia.

Sin embargo, estamos en 2021 y el mundo se enfrenta a unos niveles escandalosos de desigualdad vacunal. Mientras los países ricos con índices elevados de vacunación han reducido considerablemente la mortalidad, en los países pobres siguen muriendo cada semana decenas de miles de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el objetivo de vacunar al 40% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos para finales de 2021, pero todavía estamos muy lejos de ello. Para alcanzar esta meta y salvar millones de vidas, hay que entregar al menos 2.000 millones de dosis de vacunas a estos países antes de que finalice el año. Esto requiere un cambio radical en la práctica tanto por parte de los Estados como de las empresas.

Los Estados deben redistribuir los cientos de millones de excedentes de dosis que están acaparando, pero las empresas también deben actuar de inmediato para poder alcanzar el objetivo de la OMS. Por consiguiente, las instamos a:

	garantizar que el 50% del total de entregas de vacunas se dirige a los países de ingresos bajos y medianos bajos durante el resto de 2021 y con posterioridad a este año, lo que incluye adelantar los compromisos que tienen con el COVAX y la Unión Africana, y
	compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y la tecnología con iniciativas de la OMS tales como el C-TAP y los centros de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm contra la COVID-19 , y directamente con fabricantes cualificados, para garantizar la disponibilidad de las vacunas para todos los países en los próximos meses y años.

No es un acto caridad. Todas las empresas tienen responsabilidades en materia de derechos humanos, y las farmacéuticas deben garantizar el acceso equitativo a los productos que salvan vidas. Ustedes pueden ayudar a poner fin a esta pandemia, y ha llegado el momento de hacerlo.

Atentamente,

Office

Media

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La rápida aparición en 2020 de vacunas eficaces contra la COVID-19 fue un logro extraordinario y dio esperanza al mundo en los días más lúgubres de la mortífera pandemia.

Sin embargo, estamos en 2021 y el mundo se enfrenta a unos niveles escandalosos de desigualdad vacunal. Mientras los países ricos con índices elevados de vacunación han reducido considerablemente la mortalidad, en los países pobres siguen muriendo cada semana decenas de miles de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el objetivo de vacunar al 40% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos para finales de 2021, pero todavía estamos muy lejos de ello. Para alcanzar esta meta y salvar millones de vidas, hay que entregar al menos 2.000 millones de dosis de vacunas a estos países antes de que finalice el año. Esto requiere un cambio radical en la práctica tanto por parte de los Estados como de las empresas.

Los Estados deben redistribuir los cientos de millones de excedentes de dosis que están acaparando, pero las empresas también deben actuar de inmediato para poder alcanzar el objetivo de la OMS. Por consiguiente, las instamos a:

	garantizar que el 50% del total de entregas de vacunas se dirige a los países de ingresos bajos y medianos bajos durante el resto de 2021 y con posterioridad a este año, lo que incluye adelantar los compromisos que tienen con el COVAX y la Unión Africana, y
	compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y la tecnología con iniciativas de la OMS tales como el C-TAP y los centros de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm contra la COVID-19 , y directamente con fabricantes cualificados, para garantizar la disponibilidad de las vacunas para todos los países en los próximos meses y años.

No es un acto caridad. Todas las empresas tienen responsabilidades en materia de derechos humanos, y las farmacéuticas deben garantizar el acceso equitativo a los productos que salvan vidas. Ustedes pueden ayudar a poner fin a esta pandemia, y ha llegado el momento de hacerlo.

Atentamente,

Mr

Stéphane

Bancel

Moderna

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La rápida aparición en 2020 de vacunas eficaces contra la COVID-19 fue un logro extraordinario y dio esperanza al mundo en los días más lúgubres de la mortífera pandemia.

Sin embargo, estamos en 2021 y el mundo se enfrenta a unos niveles escandalosos de desigualdad vacunal. Mientras los países ricos con índices elevados de vacunación han reducido considerablemente la mortalidad, en los países pobres siguen muriendo cada semana decenas de miles de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el objetivo de vacunar al 40% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos para finales de 2021, pero todavía estamos muy lejos de ello. Para alcanzar esta meta y salvar millones de vidas, hay que entregar al menos 2.000 millones de dosis de vacunas a estos países antes de que finalice el año. Esto requiere un cambio radical en la práctica tanto por parte de los Estados como de las empresas.

Los Estados deben redistribuir los cientos de millones de excedentes de dosis que están acaparando, pero las empresas también deben actuar de inmediato para poder alcanzar el objetivo de la OMS. Por consiguiente, las instamos a:

	garantizar que el 50% del total de entregas de vacunas se dirige a los países de ingresos bajos y medianos bajos durante el resto de 2021 y con posterioridad a este año, lo que incluye adelantar los compromisos que tienen con el COVAX y la Unión Africana, y
	compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y la tecnología con iniciativas de la OMS tales como el C-TAP y los centros de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm contra la COVID-19 , y directamente con fabricantes cualificados, para garantizar la disponibilidad de las vacunas para todos los países en los próximos meses y años.

No es un acto caridad. Todas las empresas tienen responsabilidades en materia de derechos humanos, y las farmacéuticas deben garantizar el acceso equitativo a los productos que salvan vidas. Ustedes pueden ayudar a poner fin a esta pandemia, y ha llegado el momento de hacerlo.

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La rápida aparición en 2020 de vacunas eficaces contra la COVID-19 fue un logro extraordinario y dio esperanza al mundo en los días más lúgubres de la mortífera pandemia.

Sin embargo, estamos en 2021 y el mundo se enfrenta a unos niveles escandalosos de desigualdad vacunal. Mientras los países ricos con índices elevados de vacunación han reducido considerablemente la mortalidad, en los países pobres siguen muriendo cada semana decenas de miles de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el objetivo de vacunar al 40% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos para finales de 2021, pero todavía estamos muy lejos de ello. Para alcanzar esta meta y salvar millones de vidas, hay que entregar al menos 2.000 millones de dosis de vacunas a estos países antes de que finalice el año. Esto requiere un cambio radical en la práctica tanto por parte de los Estados como de las empresas.

Los Estados deben redistribuir los cientos de millones de excedentes de dosis que están acaparando, pero las empresas también deben actuar de inmediato para poder alcanzar el objetivo de la OMS. Por consiguiente, las instamos a:

	garantizar que el 50% del total de entregas de vacunas se dirige a los países de ingresos bajos y medianos bajos durante el resto de 2021 y con posterioridad a este año, lo que incluye adelantar los compromisos que tienen con el COVAX y la Unión Africana, y
	compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y la tecnología con iniciativas de la OMS tales como el C-TAP y los centros de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm contra la COVID-19 , y directamente con fabricantes cualificados, para garantizar la disponibilidad de las vacunas para todos los países en los próximos meses y años.

No es un acto caridad. Todas las empresas tienen responsabilidades en materia de derechos humanos, y las farmacéuticas deben garantizar el acceso equitativo a los productos que salvan vidas. Ustedes pueden ayudar a poner fin a esta pandemia, y ha llegado el momento de hacerlo.

Atentamente,

Dr

Albert

Bourla

Pfizer

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La rápida aparición en 2020 de vacunas eficaces contra la COVID-19 fue un logro extraordinario y dio esperanza al mundo en los días más lúgubres de la mortífera pandemia.

Sin embargo, estamos en 2021 y el mundo se enfrenta a unos niveles escandalosos de desigualdad vacunal. Mientras los países ricos con índices elevados de vacunación han reducido considerablemente la mortalidad, en los países pobres siguen muriendo cada semana decenas de miles de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el objetivo de vacunar al 40% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos para finales de 2021, pero todavía estamos muy lejos de ello. Para alcanzar esta meta y salvar millones de vidas, hay que entregar al menos 2.000 millones de dosis de vacunas a estos países antes de que finalice el año. Esto requiere un cambio radical en la práctica tanto por parte de los Estados como de las empresas.

Los Estados deben redistribuir los cientos de millones de excedentes de dosis que están acaparando, pero las empresas también deben actuar de inmediato para poder alcanzar el objetivo de la OMS. Por consiguiente, las instamos a:

	garantizar que el 50% del total de entregas de vacunas se dirige a los países de ingresos bajos y medianos bajos durante el resto de 2021 y con posterioridad a este año, lo que incluye adelantar los compromisos que tienen con el COVAX y la Unión Africana, y
	compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y la tecnología con iniciativas de la OMS tales como el C-TAP y los centros de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm contra la COVID-19 , y directamente con fabricantes cualificados, para garantizar la disponibilidad de las vacunas para todos los países en los próximos meses y años.

No es un acto caridad. Todas las empresas tienen responsabilidades en materia de derechos humanos, y las farmacéuticas deben garantizar el acceso equitativo a los productos que salvan vidas. Ustedes pueden ayudar a poner fin a esta pandemia, y ha llegado el momento de hacerlo.

Atentamente,

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La rápida aparición en 2020 de vacunas eficaces contra la COVID-19 fue un logro extraordinario y dio esperanza al mundo en los días más lúgubres de la mortífera pandemia.

Sin embargo, estamos en 2021 y el mundo se enfrenta a unos niveles escandalosos de desigualdad vacunal. Mientras los países ricos con índices elevados de vacunación han reducido considerablemente la mortalidad, en los países pobres siguen muriendo cada semana decenas de miles de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido el objetivo de vacunar al 40% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos para finales de 2021, pero todavía estamos muy lejos de ello. Para alcanzar esta meta y salvar millones de vidas, hay que entregar al menos 2.000 millones de dosis de vacunas a estos países antes de que finalice el año. Esto requiere un cambio radical en la práctica tanto por parte de los Estados como de las empresas.

Los Estados deben redistribuir los cientos de millones de excedentes de dosis que están acaparando, pero las empresas también deben actuar de inmediato para poder alcanzar el objetivo de la OMS. Por consiguiente, las instamos a:

	garantizar que el 50% del total de entregas de vacunas se dirige a los países de ingresos bajos y medianos bajos durante el resto de 2021 y con posterioridad a este año, lo que incluye adelantar los compromisos que tienen con el COVAX y la Unión Africana, y
	compartir la propiedad intelectual, los conocimientos y la tecnología con iniciativas de la OMS tales como el C-TAP y los centros de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm contra la COVID-19 , y directamente con fabricantes cualificados, para garantizar la disponibilidad de las vacunas para todos los países en los próximos meses y años.

No es un acto caridad. Todas las empresas tienen responsabilidades en materia de derechos humanos, y las farmacéuticas deben garantizar el acceso equitativo a los productos que salvan vidas. Ustedes pueden ayudar a poner fin a esta pandemia, y ha llegado el momento de hacerlo.

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